Machismo en la cocina

La alimentación y los sabores de la infancia marcan la vida completa. Las emociones y hasta los pensamientos se relacionan con esos sabores. Alimentos y sabores que nos dieron y dan vida y que por decenas de siglos fueron preparados por manos de mujeres. Sabores, secretos para lograrlos y el amor por ellos se transmitieron y enriquecieron de madres a hijas, de generación en generación.

No obstante la importancia del alimento y los sabores, vitales para todo ser humano, estos se realizaban principalmente en el mundo de lo privado, en las cocinas de las casas, el espacio de lo femenino; de allí que no se considerase “trabajo” sino sólo un acto de “amor”; que no fuese un arte ni un conocimiento, sólo una actividad más entre las obligaciones de cuidar asignadas a las mujeres; de allí el menosprecio en dichos como: "Un plato de comida se acaba en un día, en cambio, un edificio construido por los hombres queda para siempre".



Aquí estoy con mi compañera Alicia ambas eramos las dos únicas mujeres en el área

Históricamente la labor de ellas en las "artes culinarias" ha sido invisibilizada. En la época prehispánica, por ejemplo, era "la mujer del pueblo la que molía y preparaba el cacao que era consumido por el grupo dirigente y por los guerreros, pero no se le permitía beberlo, pues si lo ingería, le costaba la vida".

Cuando la preparación de los alimentos empezó a salir a lo público en comederos, posadas y restaurantes, aparecieron varones cocinando y empezó a verse no sólo como un trabajo, un saber y hasta un arte, sino hasta una “profesión”, la de chef. Un buen restaurante tiene un buen chef y un buen chef con un buen restaurante es fama y prestigio público para ambos.

Durante años los hombres se enseñorearon en casi todas las cocinas públicas, sobre todo las de prestigio. Esa idea del hombre chef se reforzó en los medios de comunicación, sobre todo en la televisión, que ahora los presenta como "artistas de cine".

Pero este señorío absoluto no duró tanto. Las enseñanzas de las bisabuelas y abuelas, sumadas a las luchas de las mujeres ahora están dando fruto. Cientos de ellas irrumpen en las artes gastronómicas de la nación y del extranjero y miran el cocinar como una profesión digna de remuneración y reconocimiento. Ya no se conforman con recibir –con suerte- sólo halagos como: "te quedó bueno má" ni se quedan en las escondidas cocinas de sus casas, miles de mujeres llevan ahora su sazón y platillos a los restaurantes, aprenden los secretos de las comidas extranjeras, y ya no ven sus platillos sólo como una forma de agradar, sino como resultado de un trabajo de expertas.

Experiencia personal

En la mayoría de trabajos donde me he presantado siempre han querido que trabaje en el área de pastelería y no es que no me guste pero prefiero mil veces la cocina, si uds pueden observar en la mayoría restaurantes en la gran parte de cocinas solo se encuentran hombres y en pastelería mujeres, bueno yo pienso si es así porque en las escuelas de Gastronomía no ponen que la carrera de Cocina es solo para hombres y la de Pastelería para mujeres?...

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