TU CENA NAVIDEÑA PARA ESTA NAVIDAD

Gracias a todas las personas que confiaron en mi y me dieron el placer de prepararles "La Cena Navideña"






En una casa en que haya niños la Navidad es aún más especial. Más alegre, más divertida, con fuerte sabor a familia. Sí ya has decorado la casa y montado el árbol, es hora de que escojas la cena, nosotros te ofrecemos una riquísima cena pensando en toda tu familia con precios asequibles y hecha con mucho cariño para uds. No lo pienses tanto y llámanos.


M E N Ú

*Pavo Criollo (con capas de tocino, relleno con carne de ternera, chorizo y morzilla) también lo puedes pedir con relleno criollo (tacu tacu de frejoles) el pavo se enviará cortado.

*Bolitas de Causa a lo Ponce de León (cubiertas con salsa a la huancaina)

*Tamales

*Puré de Manzana

*Ensalada Oriental (lechuga de colores,wantan crocante,pimiento, frijol chino, maní en su riquísima vinagreta balsámica)

*Ensalada Waldorf (papa, manzana,apio,perejil,pecana en salsa de yogurt)

*Arroz Arabe

*Arroz Pilaf (o arroz blanco)

*El turron de chocolate de la nona
PRECIOS:

8 - 10 pers: S/. 325.00
10 - 12 pers: S/. 375.00
12 - 14 pers: S./425.00
14 - 16 pers: s./475.00

También puedes consultar por nuestra "CENA NAVIDEÑA GOURMET"

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Mi pasión: XOCOLATL

Un poco de Historia de Xocolatl:

Es una historia realmente dulce, pero a la vez es una reflejo de la historia universal de la época en que los españoles descrubrieron el Nuevo Mundo.

Los Arbustos y árboles del cacao, desconocidos durante mucho tiempo en el Viejo Mundo, mecían sus anchas copas a la sombra de ramajes más altos y desde el principio de la creación ofrecían todo a la vez: flores, hojas y frutos. En el siglo XVII el naturista sueco Carl von Linneo designo a este árbol del Paraíso, siempre verde, con el nombre de teobroma "alimento de los dioses". A lo largo de más de mil años los indígenas vinieron señalando en sus cuentos que los dioses eran los únicos que merecían disfruar de sus frutos.

Un árbol de la vida en el Paraíso

Son realmente árboles de vida. Así parecen haber sido imaginados los árboles de cacao en las viejas representaciones occidentales del Paraíso pintadas por los monjes en sus fríos claustros, expuestos a todas las corrientes: ramas abundanes, hojas largas y coriáceas, roja al desplegarse y verdeoscuras después, con ramilletes de florecillas de color amarillo limón y cálices rosados que salen directamente del tronco; su aroma, dulce, atrae a los insectos. Las flores que brotan de la mandra mas vieja del tronco llamarán la atención de los botánicos, que designarán este fenómeno con el nombre de "cauliflora" (del griego caulos=tallo).

El fruto maduro también directamente en el tallo, generalmente nudoso, y como mucho trepa un pequeño trecho las gruesas ramas. Es un fruto verde, de un palmo de longitud, puntiagudo o redondeado, de aproximadamente quinientos gramos. En su interior las semillas están firmemente adheridas y se agrupan por parejas: por fuera presenta una piel verde y por dentro tienen carne jugosa color rosa, con una refrescante sabor ácido. Para los indígenas del Orinoco este árbol representaba únicamente una jugosa parada en el camino. Cogían los frutos maduros de color verde, extraían a presión la ácida ambrosía y tiraban el resto.

El arbusto árbol de cacao prospera en un clima paradisíacamente armónico: en torno a los 20ºC, no mucho más frío; ni tormentas ni sol restallante: aire y suelo húmedos. Es el terreno adecuado para este fruto de 20 a 50 semillas en forma de alubia, que al madurar estalla y deja en libertad algo parecido a piedrecillas irregulares, achatadas en la parte que linda con la otra semilla. En la cáscara de estos granos están las pepitas que son de color rojo oscuro, aceitosas cuando son frescas y de sabor aromático pero amargo. Es el cacao propiamente dicho, que crece y madura desde una época indeterminada en los bosques tropicales del continente que desde Cristóbal Colón lleva el nmbre de América.



Ek - Chuah, patrón protector del cacao, en una representación maya, El hueso que lleva en la manos (fotografía de la izquierda) simboliza un producto alimenticio del que se utiliza sólo el interior, la semilla. La posición del cuerpo, en cunclillas, con una rodilla en el suelo, refleja la larga duración del proceso de elaboración del cacao. Durante la molienda (fotografía de la derecha) la muela de madera se sujeta con los pies (de El chocolate)

Cacahuatl - medio de pago para los aztecas

Estos granos de cacao que una vez maduros se recogen de la pulpa de los frutos secos ya reventados, recibieron de los españoles el nombre de "cacao del sol". Triturados en el mortero tiene un sabor áspero. Son bellísimos, llenos de color y veteados. Quien hace dos o tres mil años tropezó, cazando o recolectandon en pleno bosque, con esta piedrecillas abigarradas, las arrancó de la pulpa seca o bien las observó y pensó: "¿ se podrán comer aunque son duras y ligeramente amargas?". Algún indígena las pudo haber guardado en su zurrón, tal vez como posibles perlas o como piezas con las que podrían jugar sus hijos. Se sabe que los toltecas, que fueron vencidos y sometidos por los aztecas en el año 1325, conocían las semillas del sol probablemente desde hacía mil años. Cuando se iniciaba la cronología europea, los granos de cacao llenaba las cestas de los mercados de los príncipes mayas y servían a la vez de moneda y de alimento.

No se sabe con certeza si los mayas mascaban los granos partidos de cacao, que por su contenido graso forman una pasta consistente, o si mezclaban la pasta con agua. En cualquier caso los bosques estaban llenos de plantas de cacao y había una gran profusión de granos. Con el tiempo los arbustos se cultivaron de un modo sencillo en pequeñas plantaciones; así llegaron a todo el mundo y se mantuvo la tradición de su dolbre uso hasta los aztecas, que les dieron un nombre: cacahuatl. Entre ellos los granos se utilizaron fundamentalmente como medio de pago y eran única moneda, de validez , con que las provincias conquistadas pagaban los impuestos a los soberanos aztecas.

Cuando los españoles sometieron a los aztecas, Hernan Cortés (1485 - 1547; conquistador de México) descubrió en el palacio de Moctezuma (o Motecuhzoma: el príncipe enojado, en náhutl) una enorme provisión de granos de cacao. El naturalista e incansable trotamundos Alexander Von Humboldt (1769 - 1859) todavía descubrió que en Costa Rica se seguían utilizando los granos de cacao com medio de pago.

Bebedora de chocolate



(Ilustración del pintor francés Jean François de Troy (1679 - 1752)

En la época romántica la vida, por muchos motivos, tendría hacia lo burgués y por motivos políticos derivaba hacia lo privado. Por formación y por mantener en secreto las ideas progresistas, se buscaban y se solicitaban salas de lectura y pabellones cerrados y se aprovechaba la ocasión para tomar una taza de cafe o una jícara de chocolate mientras se charlaba o se hacía política sin interferencias externas. En esta época la bebida permitía definir la personalidad y distinguir una persona de la otra. Se señalaba la actidus de una persona famosa frente al chocolate y se pensaba que, imitando sus actitudes se lograba una aproximación al personaje.

Friedrich von Schiller, que buscaba la serena quietud de la noche para leer y escribir, solía dormir hasta muy avanzada la mañana, se despertaba con una taza de chocolate y se mantenía despierto por la noche con más chocolate. En su drama La conjuración de Fiesco en Génova, que se desarrolla en 1547, hace decir a su héroe mientras toma un sorbo de este tan preciado líquido: "El chocolate está hecho, señora, entreténgame". Esto hubiera podido hacer la condesa Julia sólo en el Nuevo Mundo: en Italia todavía no, y por mucho tiempo.

También August Burger era aficionado al chocolate líquido, y en casa de huéspedes de Gotinga, donde lo tomba para desayunar, disfrutaba generalmente de la presencia de damas que le hacían compañia.

Voltaire y su amigo Federico de Prusia, Augusto el fuerte d Sajonia y su ministro el conde Bruhl formaban formaban también parte de las filas de aficionados, entre los cuales el viejo Federico toamba gustosamente chocolate, a veces con pimienta y mostaza, y obsequiaba con chocolate a los que quería recompensar por sus palabras o por sus hechos, pero por razones económicas prohibió a sus súbditos la generealización del consumo de este producto de alta calidad y precio.

Por el contrario el príncipe elector de Sajonia ordenó a Bruhl que adquiriese por correo diplomático el chocolate en Viena y en Roma y concedió a numerosas pastelerías el privilegio de la elaboración de chocolate.

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